Es debido a la caída del consumo y la falta de capital. En esta época se trabaja en la preparación y adecuación de los campos. Hay "gran incertidumbre" por el escenario de los precios y un fuerte problema de costos que lleva a muchos a "tener que achicarse para poder seguir produciendo".
El cordón frutihortícola de Mar del Plata, una de las zonas productivas más importantes del país, se prepara con “gran incertidumbre” para iniciar una nueva temporada. Debido a la falta de capital, la suba de costos en dólares y la baja rentabilidad, entre otros factores, muchos productores planifican una siembra menor en comparación con años anteriores.
“Ahora estamos en temporada baja. Es el momento más silencioso para los productores, cuando se prepara la tierra, el riego, la luz, todo lo necesario para empezar a plantar en septiembre”, introdujo Ricardo Velimirovich, presidente de la Asociación Frutihortícola de General Pueyrredon, en diálogo con LA CAPITAL.
Durante julio y agosto, el trabajo se concentra en los invernaderos y en la adecuación de los campos a cielo abierto. La siembra fuerte, con variedades de primavera y verano, comenzará entre septiembre y octubre.
Sin embargo, el panorama económico condiciona las decisiones. “Este año se va a sembrar un poco menos porque no hay capital para volver a sembrar la misma cantidad que el año pasado”, anticipó Velimirovich.
El referente de la actividad aseguró que la incertidumbre atraviesa a los productores: “No sabés ni cuánto vas a vender, ni a qué precio, y el nivel de consumo es muy bajo. Eso mantiene los precios estancados, a pesar de que los costos aumentan”.
Otro de los principales factores que afecta a los productores es el hecho de que muchos insumos, como semillas, plásticos, fertilizantes o caños de riego, se compran en dólares. “El dólar está subiendo justo cuando tenemos que hacer las compras para planificar la siembra. Y a eso se suma que hay menos ahorro disponible. Te tenés que achicar porque, si no, no podés seguir produciendo”, explicó.
En simultáneo, hay “una desconexión” entre lo que cobra el productor y lo que paga el consumidor en la góndola, en este caso, las verdulerías. “Nosotros dependemos mucho del consumo. Y hay una diferencia muy grande entre lo que gana el comercio y lo que gana el campo. El comercio levantó los precios, pero el productor vendió menos y no recuperó la inversión. Por eso ahora hay menos capital para volver a sembrar”, lamentó el titular de la asociación que nuclea a los productores.
Respecto a la posibilidad de que, debido al menor volumen de siembra, escaseen algunos productos a mediano plazo, Velimirovich analizó: “Entre Mar del Plata y La Plata abastecemos más del 50% de la producción del país. Si Mar del Plata siembra menos, La Plata te manda, pero se genera un desequilibrio”.
Además, comentó: “En nuestro sector la incertidumbre es mayor que en otros: una empresa puede ajustar producción mes a mes, nosotros tenemos que plantar en septiembre sin saber cómo va a estar el mercado en enero”.
Así, mientras se preparan los campos, “estamos todos los días hablando entre nosotros para ver cómo viene la mano, qué vamos a sembrar. Las inversiones son muy altas y no sabés si vas a recuperar. ¿Cómo hacés para saber cuánto va a valer el tomate en enero? Imposible. Y así es muy difícil planificar”, agregó.
Por lo pronto, en septiembre empezarán las siembras de invernadero, y después al aire libre, cuando el clima lo permite. “Las variedades de verano no toleran tanto frío, así que hay que estar mirando todos los días el Servicio Meteorológico para no perder la plantación. Y que no te agarren las heladas porque algunas plantas no las resisten cuando están recién plantadas o brotadas... es hacer malabares para defender la producción”, graficó Velimirovich.
Tanto por el frío como por estas variables económicas, en los campos del cordón frutihortícola no suele producirse un solo cultivo. En muchos casos se trabaja con una diversidad de hortalizas que permite extender el ciclo productivo. Sin embargo, la situación económica actual “no deja margen” para grandes inversiones, y en el sector, por ahora, los productores se enfocan en resistir y poder sembrar lo que se pueda, aunque sea un poco menos que otros años.